Libertad de conciencia y autonomía de las mujeres y varones para tomar decisiones sobre su cuerpo y su salud sexual y reproductiva con amplia información, pero sin culpas ni presiones de ningún tipo, son las premisas de acción de Católicas por el Derecho a Decidir, CDD - Perú. Este colectivo ciudadano comenzó su labor recientemente en el país, articulando sus esfuerzos con otros similares en Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile, Argentina y Paraguay.
“Aparecemos con mucha fuerza y con la esperanza de poder contribuir a un pensamiento crítico respecto de dogmas que recortan las libertades humanas y ahondan las brechas de desigualdad que afectan a las mujeres”, señaló Eliana Cano, psicóloga de profesión y coordinadora de CDD - Perú.
Cano considera importante que en la comunidad católica y en la sociedad en general se den a conocer otras formas de pensar respecto a la sexualidad y la reproducción, ámbitos que tradicionalmente han sido objeto de férreo control y censura por parte de la jerarquía eclesiástica.
“Nuestra intención no es confrontar con la iglesia oficial, sino colocar una voz distinta y ejercer nuestro derecho a disentir. Nuestros cuestionamientos no se fundamentan en una actitud visceral, sino en el respeto a la libertad de conciencia y a la elección autónoma”, indicó la activista. También resaltó el aporte hecho por mujeres teólogas, que poco a poco van perfilando y colocando un discurso innovador, alternativo a los mandatos de los jerarcas del Vaticano y más cercano a la realidad de las personas.
En esa perspectiva, considera que situaciones como los altos índices de embarazo adolescente y de VIH/sida e infecciones de transmisión sexual, son reflejo de las pocas oportunidades que tiene un gran sector de la población para acceder oportunamente a información y a medios para cuidar su salud y tomar las opciones más convenientes para organizar sus vidas.
“No es posible que muchas mujeres continúen asumiendo la maternidad como un destino y no como una decisión consciente y voluntaria de acuerdo a sus posibilidades y proyecto de vida”, enfatizó.
Estado laico, condición para la libertad de decidir
La apuesta por un Estado Laico es uno de los puntos centrales de agenda para CDD – Perú, dado el contexto de creciente interferencia de la jerarquía católica en las políticas públicas de salud sexual y reproductiva que han llevado a tensiones y retrocesos, particularmente en aspectos como el acceso a la anticoncepción de emergencia y al aborto terapéutico, legal en el país desde 1928.
“Es fundamental que se dé una separación efectiva entre las acciones que emprende el Estado -en su calidad de garante de los derechos de todas las ciudadanas y ciudadanos– y la influencia de patrones religiosos que pretenden normar según sus preceptos la sexualidad de las personas, un terreno donde continuamente se vulneran los derechos”, expresó.
Decisión libre e informada frente al aborto
En un país donde se producen alrededor de 400 mil abortos cada año y con una de las más elevadas tasas de mortalidad materna en la región, el abordaje del problema de la interrupción voluntaria del embarazo desde las políticas públicas resulta medular. La acción del Estado en este ámbito se ve permanentemente obstaculizada por las jerarquías de la Iglesia Católica y representantes de otros grupos conservadores.
“El aborto siempre es un tema polémico, pero es una realidad que no podemos soslayar y debemos enfrentar desde una perspectiva de derechos humanos y equidad social y de género. El problema es que el debate público al respecto suele centrarse en aspectos de carácter moral y religioso, y no en la defensa de la capacidad de las personas para poder decidir con la debida información y accediendo a los medios necesarios para tomar las opciones que les resulten más convenientes” manifiestó la vocera de CDD – Perú.
Asimismo, el logro de la despenalización del aborto constituirá un testimonio de la ampliación de las libertades democráticas en ese país sudamericano aunque, consideró la activista, debe evaluarse el impacto de las estrategias adoptadas hasta el momento por las organizaciones de mujeres, e incorporar a nuevos actores en la defensa de este derecho.
Fundamentalismos al ataque
La presentación pública de CDD-Perú, a través de un seminario internacional realizado a comienzos de agosto, motivó ataques furibundos de sectores fundamentalistas a través de internet, medio por el que se acusó a esta organización de ser una franquicia del movimiento abortista internacional, entre otras imputaciones.
“Pretenden descalificarnos, cuestionan nuestro derecho a ser portadoras de un discurso que parte de nuestra fe y se asienta en la realidad que vemos cada día y en los sentimientos y expectativas de las mujeres. Nadie es dueño de la verdad, y nosotras no nos movemos por dogmas, sino por una actitud reflexiva y de profundo compromiso social”, manifestó Cano.
CDD – Perú es por el momento un colectivo que opera en Lima, pero tiene en perspectiva descentralizar sus acciones a otras regiones, donde existe expectativa por parte de las mujeres con respecto a las propuestas de esta agrupación.
“Nuestro mensaje está dirigido a las mujeres de fe que no necesariamente tienen una militancia feminista pero sienten claramente la discriminación y la falta de garantías y condiciones elementales para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos. Nos interesa mucho el trabajo en las regiones más olvidadas del país donde la pobreza y la exclusión afectan de manera particular a las mujeres, e influyen negativamente en sus libertades y en el ejercicio de sus derechos”, concluyó.