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Chile
O CLAM no Chile
En el marco de la XXVIII Feria Internacional del Libro de Santiago fueron debatidos los hallazgos de tres investigaciones realizadas por el CLAM en Chile. La Sala Cotapos del Centro Cultural Estación Mapocho fue el espacio escogido para la realización de la mesa redonda Sexualidad y derechos humanos en Chile: aportes para la investigación y la acción. El panel fue presentado por Ximena Valdés, directora del CEDEM, y contó con la participación de Horacio Sívori, antropólogo, en representación del CLAM, Fernando Muñoz, sociólogo y activista LGBT; Soledad Díaz, médica e investigadora en salud reproductiva y la Diputada feminista María Antonieta Saa. La socióloga Teresa Valdés actuó como moderadora. A sala llena, frente a un público de cerca de 100 personas entre estudiantes, investigadores, activistas, profesionales de la salud y público en general, los expertos comentaron tres publicaciones lanzadas por el CLAM en Chile y su significado para el avance de los derechos sexuales en América Latina. Se trata de los libros Estado del Arte: Investigación sobre sexualidad y derechos sexuales en Chile (1990-2002), de Teresa Valdés y Gabriel Guajardo; Chile: Panorama de sexualidad y derechos humanos, coordinado por Claudia Dides; y Política, Derechos, Violencia y Diversidad Sexual: Primera Encuesta - Marcha del Orgullo y Diversidad Sexual”, coordinado por Jaime Barrientos. Cada panelista, desde su ámbito de trabajo y especialización, presentó sus aportes a esta discusión así como también proyecciones sobre estos temas en la sociedad chilena. Horacio Sívori explicó que desde su creación, el CLAM buscó promover el encuentro y el diálogo necesario entre perspectivas preocupadas por el bienestar de la población y la universalización del acceso a la ciudadanía y aquellas cuyo foco es el acceso desde las comunidades y el libre ejercicio del deseo sexual. “Esta necesidad se hace evidente y urgente si consideramos, por ejemplo, el actual debate acerca de la subnotificación de resultados positivos del test del VIH y el pánico moral desatado por la manipulación política y mediática de esa cuestión”, dijo al referirse a la reciente situación dada en el país. Lo que promueve el CLAM, continuó, es la comprensión de la sexualidad como un campo inherentemente político. Precisó que la tensión antes mencionada se refiere también al lugar por dónde se traza la frontera entre lo público y lo privado y hasta dónde llegan las restricciones e incitaciones que se imponen al ejercicio de la ciudadanía. Sívori destacó que los tres proyectos que dieron marco a las investigaciones comentadas en la Mesa Redonda tienen carácter de diagnósticos regionales, junto con sus equivalentes en Argentina, Brasil, Colombia México y Perú. “Se trata de temáticas y puntos de vista escasamente explorados hasta ahora”, indicó. Esto se refleja, según señaló el profesional, en las conclusiones de cada uno de los estudios. El Estado del Arte revela la falta de comunicación entre los diferentes ámbitos de producción de conocimiento, unidades académicas, ONGs, operadores de la política de estado, y la escasa traducción, debate público y aplicación de conocimientos. En el caso del Panorama de Derechos, se evidencia una clase política fuertemente influenciada por visiones e intereses conservadores, desencontrada con el horizonte de transformaciones que acontecen en la sociedad, sorda a las aspiraciones de los jóvenes ciudadanos y ciudadanas. Por último, las conclusiones de la encuesta GLBT, hablan, por un lado, del contraste entre el grado de organización de la sociedad civil y la apertura existente entre los más jóvenes y, por otro, sobre la fuerte influencia, en ámbitos legislativos y gubernamentales, de sectores ferozmente resistentes a la implementación de políticas afirmativas, sosteniendo la reproducción de prejuicios, violencia y actitudes discriminatorias en toda la sociedad. Fernando Muñoz, del MUMS, se refirió en particular a los resultados de la encuesta GLBT. En Chile, las marchas del orgullo comenzaron a fines de los años 90 y el profesional reconoció la importancia de contar tanto con iniciativas de tipo cuantitativo como de estudios de caso. A su juicio, lo más revelador de los resultados fueron los datos sobre homofobia en el país. “Persisten en el país estereotipos, prejuicios y discriminación contra los gays, lesbianas, bisexuales, personas trans e intersex, en especial en el ámbito escolar y vecinal”, dijo el presidente del MUMS. Muñoz fue claro en señalar que, entre todas las encuestas realizadas por equipos del CLAM en las marchas del orgullo de diferentes ciudades da América Latina, Santiago resultó ser la ciudad donde se encontró el mayor porcentaje de agresiones (84,4%) y de situaciones de discriminación (80,3%) vividas por la población LGBT. Aunque la consideración de las “burlas” (que no fue mencionada en las demás encuestas) explique el salto con respecto a las demás ciudades, el porcentaje que declara haber sufrido alguna otra agresión (69,1%) aún supera al de otras ciudades Latinoamericanas. “Las agresiones, la violencia y la discriminación se dan particularmente en los colegios en relación con el bullying y la educación sexual en establecimientos educacionales es prácticamente inexistente en el país. Si no hay educación sexual obviamente no podemos pedir que haya un buen trabajo en relación con la diversidad sexual”, comentó. Respecto a los hechos de violencia vivida por la población LGBT encuestada, Muñoz precisó que los resultados indicaron que del total que respondió la encuesta, la gran mayoría (81%) ha sufrido algún tipo de violencia en algún momento de su vida debido a su orientación sexual. En el Congreso chileno aún se discute una Ley Antidiscriminación, a lo que el experto destacó la alta adhesión por una pronta promulgación de la misma. “Al indagar sobre la opinión respecto a cuál debería ser la principal exigencia del movimiento LGBT, las respuestas más frecuentes se refirieron a la promulgación de una ley antidiscriminación y el logro de la igualdad de derechos”, expresó. Muñoz concluyó su ponencia destacando las alianzas que permiten avanzar y entregar significativos aportes al comportamiento sexual, pero por sobre todo la construcción de ciudadanía en materia de derechos humanos. A su vez, la médica e investigadora de ICMER, Soledad Díaz –quien ha trabajado por décadas en salud y derechos sexuales y reproductivos– felicitó la producción, elaboración y autoría de estas publicaciones. Llegan a Chile en un momento muy oportuno ya que el debate es cada día más difícil y los resultados de los estudios son importantes “si queremos cambiar opinión e incidir en políticas públicas”, precisó. Para Díaz “hay mejores oídos para escuchar los argumentos que vienen del ámbito académico, ya que la investigación tiene un poco más de peso en el debate público”. Un ejemplo de ello, fue el debate por la anticoncepción de emergencia, donde la discusión se centró en su carácter de abortiva o no abortiva, más que en el tema de derechos de las personas a exigirla. Conmovida por la descripción del texto de la Marcha LGTB, la médica reflexionó sobre los derechos como ciudadanos en los procesos de cambio en el tema de la violencia. En relación con la investigación sobre el panorama de sexualidad y derechos humanos en el país, explicó que ha habido progresos en el papel como la ley de matrimonio, la ley de violencia intrafamiliar, violencia sexual, las normas de atención para las mujeres que han sufrido una violación, entre otras. Sin embargo, esto no se traduce en la realidad de las personas: no hay educación sexual en los colegios, las tasas de embarazos adolescentes en los sectores pobres continúan altas, las situaciones de violencia siguen siendo tema de todos los días con tribunales de familia desbordados, por nombrar algunos ejemplos. Explicó que también hay un tema de participación ciudadana. “Necesitamos presionar a los políticos para que legislen sobre aquellos temas que son de interés para la ciudadanía. Un ejemplo fue la reciente elección municipal, donde apareció con fuerza la consulta a los/las candidatos/as a alcalde/esa sobre la distribución de la píldora del día después en el caso de que fueran escogidos como máximos representantes municipales”, concluyó. La Mesa Redonda fue cerrada por la diputada María Antonieta Saa, con una reflexión acerca de los derechos sexuales en la política partidaria. Contó que en los años 80, el movimiento de mujeres puso sobre la mesa de debate temas como violencia de género, sexualidad y educación sexual, entre otros. Sin embargo, actualmente esta agenda es muy débil y no está encarnada en los partidos políticos. A juicio de la parlamentaria, ha habido una ausencia significativa de un movimiento ciudadano, pese a que el movimiento LGBT ha estado muy presente y ha establecido su propia agenda con la ley de discriminación. Asimismo, explicó que en los últimos 6 años, no sólo en Chile sino en América Latina, ha habido un avance activista de los sectores conservadores. “Acá hay un conservadurismo de la elite muy fuerte que está presente en la político y que ahora es militantemente conservador. Un ejemplo, es la presentación al Tribunal Constitución para prohibir la anticoncepción”, precisó. Por último, la diputada instó a la construcción de movimientos sociales fuertes y partidos políticos distintos. Fue enfática en señalar que el mundo académico y las publicaciones de investigaciones contribuyen a poner de relieve estos temas. Ellos tienen mucho que decir, pero, coincidiendo con la doctora Soledad Díaz, “también necesitamos actores muy fuertes para que estos temas sean de carácter electoral y logremos mayor conciencia en el mundo de la política. Ese es el desafío”. Publicada em: 19/11/2008 |