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Política, Derechos, Violencia y Homosexualidad

Realizada durante la 8ª Marcha del Orgullo GLBT (Gays, lesbianas y transgeneristas), realizada en Rio de Janeiro 2003, la investigación “Política, Derechos, Violencia y Homosexualidad” estableció el perfil socio-demográfico y político de los participantes, focalizando aspectos de la sociabilidad y sexualidad de hombres y mujeres homosexuales, con especial atención sobre los aspectos relacionados con la violencia que afecta a esos grupos. Los resultados aquí presentados están basados en el análisis cuantitativo de 468 encuestas aplicadas por militantes y voluntarios durante la realización de la Marcha del año pasado. La investigación, conducida por una articulación entre investigadores y activistas de grupos homosexuales, fue producto de un convenio entre el Centro Latinoamericano de Sexualidad y Derechos Humanos (del Instituto de Medicina Social de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro), el Centro de Estudios de Seguridad y Ciudadanía (de la Universidad Cândido Mendes) y el Grupo de Conscientización Homosexual Arco-Iris.

Identidades homosexuales

El análisis de los datos evidenció, principalmente, la diversidad de categorías con las cuales los entrevistados autodefinen su identidad socio-sexual. Según la investigación, la mayor parte de los entrevistados (75%, entre hombres y mujeres) posee algún tipo de identidad homosexual. Sin embargo, las identidades expresadas varían entre gay, “entendido(a)”,  lesbiana, travesti, transexual y homosexual. Apenas una pequeña parte se afirmó como bisexual (9.6%) y heterosexual (11.1%). Entre los entrevistados que se afirmaron homosexuales, los hombres constituyen la mayoría: 53.3%, en contraste con 46.7% de mujeres. Los datos muestran que, de un modo general, la categoría homosexual no se traduce en la identidad socio-sexual asumida por los entrevistados. Entre las mujeres, por ejemplo, es más frecuente el uso de las categorías “entendida” y lesbiana. Para los hombres, las identidades más comunes son las de gay y homosexual.

Acerca del perfil etáreo, la investigación reveló diferencias importantes en las variaciones de identidad. Los que se afirman bisexuales son frecuentemente más jóvenes que los que poseen otras identidades. A su vez, los hombres homosexuales poseen, en su mayoría, edades entre 21 y 30 años. Mujeres homosexuales que participaron en la Marcha, mayoritariamente, poseen edades entre 21 y 40 años.

La menor escolaridad se identificó entre los transgéneros  (transexuales y travestis) pues apenas 16.6% declararon poseer nivel superior completo o incompleto en contraste con el 48.1% de los hombres homosexuales con el mismo nivel escolar. La disparidad se hace más evidente cuando se observa que apenas 5.6% de los hombres homosexuales posee solamente la educación básica.

Homosexualidad y política

Entre el conjunto de aspectos adoptados para verificar el perfil político de los participantes de la Marcha, se indagó por cuál de los candidatos se votó en los últimos comicios presidenciales, además se exploró sobre su participación en los movimientos sociales. En el primer ítem, el resultado fue favorable a la candidatura del político Lula para la presidencia, con 83.1% de los votos. En el ítem específico sobre la identificación con los partidos políticos, los entrevistados (51.3%) indicaron alto grado de disposición política partidaria al elegir como preferido el partido de los trabajadores (PT). Los políticos más mencionados como “comprometidos” con la causa homosexual fueron Marta Suplicy, Carlos Minc y Fernando Gabeira. El público demostró también un cierto nivel de conocimiento sobre “derechos homosexuales” al declarar familiaridad con la leyes (aprobadas o en discusión) que benefician a los homosexuales. Cabe subrayar que a mayor escolaridad del entrevistado, mayor el conocimiento sobre los derechos. La legislación sobre la unión civil fue la más aludida entre 206 menciones espontáneas que incluían también la citación de leyes que castigan la discriminación contra los homosexuales.

La investigación demostró que la mayor parte de los entrevistados (55.8%) jamás actuó en movimientos sexuales como grupos religiosos, asociaciones comunales,  ONG, partidos políticos o sindicatos. Sin embargo, entre los informantes con más de 40 años es mayor el porcentaje de participación en este ámbito: apenas 27% declaró no haber actuado en ninguno de esos movimientos. Los entrevistados más jóvenes, entre los 19 y 21 años, tuvieron el menor índice de participación política y actuación en movimientos sociales: 70% jamás participó en esa instancia. Entre los que afirmaron actuar en algún movimiento social, el mayor énfasis se dio en las acciones de participación política. La presencia en movimientos de orden político es relativamente alta si se compara con la participación religiosa confirmando la predominancia de un perfil politizado de los participantes.

Sociabilidad

Casa de amigos (63%) y bares gays (46.6%) son los principales espacios de sociabilidad homosexual frecuentados por hombres y mujeres homosexuales y bisexuales. La edad aparece como un importante diferencial en este aspecto del análisis, pues la población joven, de 19 a 21 años, prefiere bares: 71.9% comparándose con el 26.2% de las personas con más de 40 años que frecuentan el mismo espacio. Gran parte de los entrevistados también frecuenta fiestas, bares y playas gay. Los espacios menos valorados son aquellos dirigidos a los encuentros explícitamente sexuales como los saunas y otros locales  considerados entre esta población como sitios de sexo. Estos últimos están más relacionados, según la investigación, con la sociabilidad de aquellos con más de 40 años.

Aún en el aspecto de la sociabilidad, los participantes brindaron información acerca de la revelación de su orientación sexual y sobre las personas con quienes ya habían compartido su homosexualidad. El círculo de amigos aparece como circuito de mayor visibilidad de las identidades homosexuales: 79.6% reveló a los amigos su homosexualidad. Las redes familiares y de trabajo también constituyen circuitos en que ellos ya explicitaron su orientación sexual. El ambiente educativo es donde hay menor visibilidad de las identidades homosexuales: apenas 39.2% ya se ha asumido como homosexual en estos contextos.

Conyugalidad y sexualidad

Iniciación sexual, uso de preservativos y la actual manutención de relaciones afectivo-sexuales fueron, de igual modo, temas  abordados en la investigación. Los resultados indican que los transgéneros han tenido una iniciación sexual más precoz, ocurriendo antes de los 14 años de edad. La iniciación (homo) sexual de mujeres suele ocurrir más tarde: 32% afirmó que la primera experiencia homosexual se dio después de los 18 años comparativamente con el 19% de los hombres homosexuales que declararon lo mismo. Para gran parte de los hombres homosexuales (29%) la iniciación sexual sucedió antes de los 14 años.

En relación con la situación amorosa, al momento de la entrevista más de la mitad (51.4%) no estaba viviendo una relación estable o un vínculo afectivo sólido. Las relaciones con menor grado de compromiso se expresaron bajo el uso de la categoría “ficar” (estar). Las mujeres homosexuales respondieron  por el mayor índice de vínculos afectivos-sexuales más o menos estables, el 62.3% afirmaron estar “casadas” o “con novia”, comparándose con el 41.1% de los hombres que afirman vivir la misma situación conyugal. El número de “casamientos” se incrementa de acuerdo con la edad, evidenciando un leve descenso después de los 40 años.

Los resultados relativos al uso del preservativo revelan que entre los transgéneros éste es más sistemático: casi la totalidad (92.3%) mantienen relaciones sexuales con preservativos. Entre los homosexuales, este número también es alto: 81.6% afirman la misma actitud de prevención. Las mujeres homosexuales revelan menor preocupación con la transmisión del VIH y otras enfermedades de contagio sexual, indicando mayoritariamente no usar preservativos o usarlos eventualmente.

Las experiencias de victimización y violencia

La investigación apuntó que la mayor parte de la población consultada (60%) ya ha sufrido algún tipo de agresión generada debido a su orientación sexual. Sin embargo, el análisis de estos datos requiere una interrelación con otros factores sociales como la identidad sexual, el grupo etário, color de piel y raza.

Las mayores victimas de agresión física son los travestis y transexuales (42.3%), seguidos por los homosexuales (19.5%). Las agresiones verbales, ofensas y amenazas fueron ya fuertemente experimentadas por más de la mitad de los homosexuales (existiendo poca variación entre los géneros masculino y femenino), con más alta incidencia también entre los trangéneros. En este aspecto, las diferencias de raza existen pero no son tan expresivas: blancos (55%), negros (63%), mestizos (52.4%) conocen de manera casi igual estas agresiones. El ya conocido atraco “Boa Noite Cinderela” (roban a la victima drogándola con escopolamina) es más común entre gays y bisexuales, principalmente con los hombres de más de 40 años. También es alta la proporción de entrevistados (18.9%) que declararon haber sufrido chantaje o extorsión relacionada con la práctica de la homosexualidad. De este modo, homosexuales masculinos y femeninos ya pasaron por este tipo de situaciones, fenómeno que sufre pequeñas variaciones (respectivamente, 19.1% en el caso de los hombres  y de 17.6% entre las mujeres). También travestis y transexuales han sido víctimas de esta violencia, cuya mayor incidencia se presenta entre aquellos de 30 a 40 años.

La violencia sexual (acoso, abuso infantil/juvenil, sexo no consentido, etc.) aparece también en la investigación como un hecho que afecta a homosexuales masculinos y femeninos. La experiencia fue descrita por 6% de los entrevistados, afectando 1.6% de mujeres y 7.9% de hombres. Ese resultado indica la necesidad de investigar el fenómeno de la violencia sexual de hombres contra hombres.

La discriminación relacionada con la homosexualidad constituyó la forma de violencia más diseminada entre las diferentes identidades socio-sexuales, aunque igualmente evidenciada por homosexuales masculinos (61.2%), femeninos (61.8%) y transgéneros (73.1%). De modo general, el fenómeno es mas frecuente entre los homosexuales negros, pero igualmente sentido por los jóvenes y los mayores. Las modalidades de discriminación reportadas son: prohibición de ingreso en establecimientos comerciales, expulsión de la casa, problemas en la escuela y en el trabajo, y también tratamiento desigual en el comercio y otros espacios públicos.

Los entrevistados

Una caracterización más general de los entrevistados permite considerar que la Marcha posee un público de mujeres y hombres homosexuales y no homosexuales, con mayor proporción de aquellos que ostentan alguna identidad homosexual. Gran parte de los entrevistados son habitantes de la ciudad de Rio de Janeiro provenientes de la Región Metropolitana. Sin embargo, algunos venían de otras regiones del estado o de otros estados del país. La investigación encontró, de este modo, un público jóven y adulto, de blancos, mestizos y negros con un nivel de escolaridad relativamente alto en comparación con otros seguimientos sociales, indicando un perfil de estratos medios.

De todos modos, los resultados indican la diversidad de la comunidad GLBT, permitiendo configurar un universo con estilos y proyectos de vida singulares en lo que se refiere al ejercicio de la sexualidad y conyugalidad, a la participación política y a la sexualidad.  Género, generaciones e identidades sexuales configuran diferentes experiencias sea en relación con estos estilos de vida, sea en el ámbito de las violencias y discriminaciones sufridas, lo que indica que tales aspectos deben ser abordados en futuras investigaciones. Se espera que los datos aquí presentados puedan fomentar nuevas miradas y abordajes sobre esa diversidad de experiencias.

Conozca aquí el informe completo de la investigación realizada en la 8ª Marcha del Orgullo GLBT, en pdf.

Publicada em: 13/10/2004

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