Entrevista con Judith Vázquez Arreola, Teóloga por la Universidad Iberoamericana, integrante de la organización civil Acción Ciudadana de Construcción Nacional, lesbiana feminista de la liberación (teóloga lesbo-feminista de la liberación) y una de las mujeres que se casaron en la primera ceremonia de matrimonios entre personas del mismo sexo en la Ciudad de México.
¿Qué lectura podemos hacer de las recientes declaraciones de la Iglesia con respecto a la asociación entre homosexualidad y pederastia clerical? ¿Cuál es el trasfondo Judith?
Esta perversa asociación de los delitos sexuales de la Iglesia Romana con la homosexualidad tiene que ver con los avances de la lucha del movimiento social o de reivindicación de los derechos de las lesbianas, los gays y los transexuales alrededor del mundo. Las declaraciones recientes de Tarcisio Bertone no son nuevas. Estos argumentos los dieron en 2001, con los casos de pederastia en Boston, y son los argumentos que se daban en los años 70 y 80, cuando los curas eran sorprendidos en delitos sexuales y enviados a electroshocks, para ser “recuperados” en su salud.
En este momento histórico, la Iglesia permite una declaración en ese sentido justo por los avances del movimiento de reivindicación de las lesbianas y los gays en mundo.
¿Tiene un trasfondo político?
Por supuesto que sí. En 2005, cuando se aprobaron los matrimonios entre personas del mismo sexo en España, la Iglesia quiso hacer esta asociación perversa: “todos los homosexuales son depravados sexuales”; pero no se metieron de fondo, justo para no llegar a donde estamos ahorita, que es un escándalo, se ha puesto en evidencia todos los delitos de índole sexual que hay en el Vaticano.
En 1962, Joseph Ratzinger, como parte de la Curia Romana, participó en la elaboración del documento Crimen sollicitationis, (Delito de solicitación), donde queda estrictamente prohibido a cualquier persona que pertenece a la Iglesia Romana (curas, obispos, cardenales, toda la estructura jerárquica, y a los fieles), denunciar los delitos de índole sexual cometidos por sacerdotes, bajo condena de excomunión. En el 2001, el documento es revisado y reafirmado por el cardenal Ratzinger, entonces prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe (originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición), justo antes del problema de Boston. Vuelven a obligar a todo el sistema a guardar silencio.
En 1986 sale la Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, firmada por Joseph Ratzinger, donde se dice que son bienvenidos todos los homosexuales, porque los ama Dios y los ha creado, si y sólo si no tienen ningún ejercicio de su sexualidad, se someten a un tratamiento de “curación”, y entonces pueden celebrar dentro de la Iglesia. En el 2006, se publica otro documento sobre los candidatos al sacerdocio. Allí queda estrictamente prohibido admitir en los seminarios a las personas con “tendencias homosexuales”, y la gente que ya está, debe ser expulsada.
A Ratzinger le interesa asociar la homosexualidad con los delitos sexuales dentro de la Iglesia. Esa crucifixión de la homosexualidad, colocarla como el pecado a combatir, tiene historia.
¿Podemos considerar sincero el perdón que ha dado Ratzinger a las víctimas?
Nunca antes en la historia de esa iglesia había sido trastocado el líder máximo. Me parece absurdo creerle a este pastor alemán, un hombre que ha combatido la homosexualidad con mentiras y que ha tapado los crímenes de pederastia del clero. En este momento, Norberto Rivera, arzobispo primado de México, está siendo solicitado por la Corte de Estados Unidos para que vaya a dar cuentas sobre el encubrimiento de la pederastia de uno de los curas, cuando hay alrededor de 25 hombres en México que han sido acusados de pederastia en Estados Unidos. En el mundo hay cientos de víctimas. Entonces, ¡venir a llorar delante de ocho víctimas, me parece de risa!
¿Qué opinión tienes de que, según la Conferencia del Episcopado Mexicano, la culpa de la pederastia clerical es el “libertinaje sexual” existente en la sociedad actual?
Acusar a Internet, decir que su contenido los provoca, es de risa también. ¿Qué pasa con las víctimas de Marcial Maciel? ¿Las mujeres que han sido violadas por sacerdotes y obligadas a abortar? Es aberrante lo que dice Ratzinger: hacer penitencia por los pecados de la Iglesia. La manga del muerto, que entregue a los delincuentes con sotana y que los sometan a todas las penas que son sometidos los violadores y pederastas en todos los países, conforme a la ley. La complicidad de autoridades civiles con la jerarquía eclesiástica ha hecho que los criminales sigan oficiando misa y cambiando de parroquia en parroquia. ¡Queremos ver la a justicia de lado de la gente, no de lado de los poderosos!