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América Latina
Desafíos LGBTI en Latinoamérica
Alrededor de 400 activistas que luchan por la defensa de los derechos LGBTI (lésbicas, gays, bisexuales, travestis, transexuales e intersexuales), provenientes de 36 países, se encontraron en Curitiba (Paraná-Brasil) entre el 26 y el 31 de enero en la V Conferencia Regional de la ILGA (International Lesbian & Gay Association, en su sigla en inglés). La ILGA fue fundada en 1978 y actualmente cuenta con la participación de más de 100 países del mundo. En esta reunión regional, la discusión se centró en los derechos humanos de la población LGBTI de América Latina y el Caribe (LAC), teniendo en cuenta que en 11 países de esta última región (San Vicente y Granadina, Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nevis, Dominica, Belice, Barbados, Granada, Guyana y Jamaica) la homosexualidad es aún considerada un crimen. El CLAM entrevistó a Gloria Careaga, secretaria general de la ILGA y reconocida académica y militante feminista y LGBTI, quien comenta sobre su propia trayectoria activista, los alcances del evento y los horizontes y desafíos de la organización. Mi inicio en el activismo lésbico, comenta Careaga, fue un poco tardío. Tuve un comienzo muy tradicional en relación a las mujeres de los sesenta. Primero me involucré con los movimientos de izquierda, luego asumí la propuesta feminista y me fui compenetrando, para pasar después, a inicios de los años noventa, a la lucha por los derechos LGBT. Esto fue así en buena medida a consecuencia de una relación sentimental con una de las líderes y fundadoras del movimiento lésbico en México, Patria Jiménez. Eso contribuyó también a despertar mi interés por los estudios lésbicos-gays, y me llevó a instalar los Estudios sobre la Diversidad Sexual en el Programa de Estudios de Género en la UNAM, en 1998. Actualmente coordino el Grupo de Estudios sobre Sexualidad y Sociedad de la Fundación Arcoiris, donde confluyen las perspectivas feminista y queer. Los resultados alcanzados en esta V Conferencia Regional ILGA-LAC, abonaron en el sentido afianzar la institucionalización de la Asociación. Hoy tenemos una representación regional que abarca casi todos los países del área. Hemos logramos aumentar la participación de las organizaciones del Caribe, y el propio desarrollo de la Conferencia ha fortalecido los mecanismos de trabajo establecidos por ILGA, lo que nos deja ver un avance sustantivo en el fortalecimiento de su estructura. El evento contó con diversas preconferencias: el I Foro de Gays, HSH y Trans de América Latina y del Caribe sobre VIH/Sida; medios de comunicación y población LGBTI; el seminario homo-lesbo-transfobia y racismo; el 1º seminario latinoamericano y caribeño de mujeres lésbicas y bisexuales; el 1º encuentro sobre homo-lesbo-transfobia en la escuela; la 1ª conferencia regional de la Asociación Internacional de Organizadores de eventos del orgullo LGBT; una preconferencia sobre políticas públicas para la población LGBTI; otra sobre personas trans y una sobre jóvenes LGBTI; y por último, el Seminario Avances Legales, políticas públicas y el combate a los fundamentalismos en América Latina. El trabajo desarrollado desde las preconferencias nos ha brindado una mirada más amplia sobre el ser LGBT, no sólo orientada a la reivindicación de las identidades sexuales, sino también hacia un proceso de análisis de la condición LGBT como parte de la ciudadanía, demandando derechos y analizando su condición en distintos espacios sociales, en la escuela, el sistema de salud, la política, el activismo, los espacios intergubernamentales, entre otros. El programa general de la V Conferencia visibiliza nuevos ejes de lucha, así como la posibilidad de compartir experiencias en distintos campos. La discusión generada en el evento fue muy amplia. Además del debate sobre la condición específica que enfrentan las lesbianas y las personas trans, se abordaron otras muchas cuestiones como la homofobia en el sistema educativo; los avances legales; los programas y políticas públicas; la epidemia del SIDA; el papel de los fundamentalismos; la participación política y el papel de los medios de comunicación. Fue interesante también debatir sobre las miradas de los distintos programas de Naciones Unidas que hoy se interesan por la población LGBT. ¿Cómo evaluaría usted el nivel de participación? Realizar una Conferencia en un país tan grande como Brasil, con la participación de más de 400 personas, de 36 países, dejó ver los avances que hemos logrado y el interés que una actividad como ésta despertó. No obstante, a las y los asistentes les interesaba sobre todo conocer y debatir sobre los aspectos específicos en los que se encuentran trabajando, pareciera que cuesta lograr una intersección entre las distintas líneas de trabajo. Es importante destacar – porque resulta poco común en la región – la presencia de altas autoridades del gobierno brasileño, de las Naciones Unidas y un representante mexicano en la ceremonia de inauguración, como también el interés gubernamental por dar a conocer las políticas que se están impulsando y de las agencias de Naciones Unidas para poner a discusión sus programas a fin de que tomen en cuenta nuestras voces. Se evidencia así la ciudadanización del proceso que el movimiento LGBT está viviendo en América Latina. Fue realmente una Conferencia distinta a las anteriores y esperamos seguir sumando en las que sigan. Evaluando los debates que tuvieron lugar en el evento, ¿cuáles serían los puntos fuertes en la agenda política LGBT y los que necesitan ser reforzados? La realidad latinoamericana en torno a los derechos LGBT es muy heterogénea. Mientras en unos países la despenalización de la condición LGBT es reciente, en otros se ha conquistado el derecho al matrimonio, con todas sus prerrogativas. En la mayoría de los países del Caribe las personas LGBT están sometidas todavía a sanciones legales muy fuertes. Y a pesar de los logros en políticas públicas, reformas legales, y de la disposición de los gobiernos para avanzar en la protección de los derechos humanos, cada día personas LGBT son maltratadas y asesinadas en toda la región. En ese punto no hay distinción. Pero más allá de eso, creo que el combate al machismo, en alianza con las feministas, es un desafío impostergable. Creo que los avances más importantes se reflejan en el acuerdo de todos los países de la región en una Declaración ante la OEA para combatir la homofobia, y en luchas contra la discriminación; así como también en la unión de la mayoría de los gobiernos de la región para adherir a la propuesta de los gobiernos de Francia y Holanda, presentada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas; ambas iniciativas en 2008. Pienso que debemos diseñar de manera urgente una estrategia para derribar las leyes que penalizan la condición LGBT en el Caribe, así como para impulsar un cambio cultural más consistente, que garantice la protección de la integridad y el disfrute de los derechos humanos en todos los campos. ¿Qué perspectivas a futuro se visualizan a partir de la V Conferencia? La definición de una estructura más sólida para la región apunta a una mayor incidencia en las decisiones de la Asociación. Asimismo, el trabajo desde una perspectiva más amplia sobre nuestra condición, las políticas y las protecciones que las personas LGBT necesitamos, todo ello ofrece mejores rumbos para nuestra tarea. Pero sobre todo nos reafirma como interlocutores legítimos ante el Estado, lejos del pecado y la perversión, como parte activa de la ciudadanía. No podemos considerar que los logros han alcanzado rutas bien definidas y definitivas. El cambio cultural es un desafío que implica un largo proceso en el que tenemos que estar alertas y vigilantes si queremos consolidarnos. Entre las iniciativas presentadas en la Conferencia se encuentra el Manual de Comunicación LGBTI. ¿Qué nos puede comentar al respecto? Como sabemos, hoy en día los medios de comunicación juegan un papel central en las definiciones políticas y se constituyen en referencia importante sobre los sentidos y significados sociales que orientan el comportamiento humano. En muchas ocasiones, es a través de los medios que se legitima o se condena determinados grupos, comportamientos y estilos de vida. La población LGBT, a lo largo de la historia, ha enfrentado el estigma que la sociedad – muchas veces a través de los medios – le ha impuesto. Han sido claros ejemplos en este sentido la interpretación sobre la visibilidad que el movimiento LGBT buscó a través de las Marchas de Orgullo, y la respuesta mediática a los crímenes que sufren las personas LGBT. Durante mucho tiempo, los medios masivos han reproducido los prejuicios y el estigma existentes sobre esta población. Afortunadamente, esto ha ido cambiando. No obstante, muchas veces, profesionales de los medios no cuentan con información para un manejo adecuado de los términos y para comprender las expresiones y demandas del movimiento LGBT. El manual que se presentó en la V Conferencia ofrece, precisamente, material esencial para avanzar en un adecuado tratamiento periodístico de esta realidad. Elaborado por académicas y activistas, brinda conceptos importantes y explica los procesos a partir de los cuales ha avanzado el movimiento LGBT, finaliza Careaga. El Manual de Comunicación se encuentra accesible aquí en español | | | _blank>>, < Publicada em: 23/02/2010 |