Declaración Pública de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe
En el marco de nuestro llamado a la acción Los derechos sexuales y los derechos reproductivos son derechos de ciudadanía. Exígelos, defiéndelos, ejércelos, coordinado por esta Red el próximo 28 de Mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, expresamos una vez más nuestro rechazo e indignación ante la histórica intromisión de la jerarquía de la Iglesia Católica en el ejercicio libre y autónomo de estos derechos.
Su discurso autoritario y castigador que ofende la dignidad de las personas, se contrapone con su renuencia a reconocer la gravedad y extensión de los casos de pedofilia cometidos por sacerdotes católicos en distintos países, la mayoría de los cuales continúa en total impunidad, tal como se ha denunciado en las últimas semanas en la prensa mundial. Este secretismo es una forma de complicidad que ha retardado las sanciones penales y la reparación que merecen las víctimas, además de que abre la puerta a nuevos abusos.
En la conmemoración de la Misa Pascual de Semana Santa, las autoridades vaticanas han calificado estas noticias como “murmuraciones del momento”, sin reconocer que involucran al mismo Papa Benedicto XVI, por su negligencia en exigir sanción no solo eclesiástica sino que penal para los culpables. Más aun, con la reciente difusión de una carta firmada por Ratzinger cuando era Cardenal, en la década de los 80, sugiriendo no expulsar a un sacerdote pedófilo de Oakland, EE.UU., para proteger el “bien de la Iglesia Universal”, ha surgido un gran clamor de la comunidad internacional que no está dispuesta a que se continúe soslayando la gravedad de estos crímenes que han afectado a menores internos de colegios religiosos, niños de capacidades diferentes, y también a niños de la calle, vulnerables a este tipo de abusos. No olvidemos, tampoco, cuando hace unas décadas centenares de monjas fueron violadas por sacerdotes y muchas forzadas a abortar.
En consecuencia, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, comprometida con la defensa de la autonomía, libertad y dignidad de las personas; con el reconocimiento de los derechos sexuales y derechos reproductivos; con el rechazo a toda forma de violencia y coerción, así como también con la protección del Estado laico, se hace parte de estas voces mundiales que desafían el doble discurso de la jerarquía católica, y demanda:
* Drástica sanción eclesiástica y penal a todos los culpables de estos gravísimos crímenes, así como también a quienes han fallado en su deber ético de denunciarlos. Además, reparación inmediata y justa de todas las víctimas, y apoyo especializado para que superen los efectos de los abusos
* Disculpas públicas de la alta jerarquía católica, tanto desde el Vaticano como de las autoridades eclesiásticas nacionales, por estos deleznables crímenes, al igual que por la grave tergiversación de la realidad que han hecho algunos de sus representantes, al vincular la homosexualidad con la pedofilia.
* Cese de la injerencia indebida de las Iglesias en los asuntos de los Estados, los que por naturaleza deben ser laicos, aconfesionales, ajenos a los dogmas, y respetuosos de la diversidad social, cultural, sexual, religiosa y política que representan.
* Rechazo social al control disciplinario de la Iglesia Católica sobre la moral de las personas y las familias, reconociendo que ha sido especialmente eficiente para la mantención del patriarcado y de la subordinación y control del cuerpo de las mujeres y las diversidades sexuales.
Por lo tanto,la Red de Salud invita a entregar esta Declaración Pública el 28 de Mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, ante los arzobispados de los países de nuestra región, como una muestra de nuestra indignación y protesta, así como también enviarla a medios de prensa, incluyendo al diario L’Obsservatore Romano
Rede de Saúde das Mulheres Latinoamericanas e do Caribe